Ubicado en la coordillera central de los andes, encontramos el volcán puracé, uno de los más activos de Colombia con una altura de 4646 metros sobre el nivel el mar.
La idea de ir al volcán surgió de repente al ver un anuncio en couchsurfing, recuerdo que era jueves y el ascenso era el día domingo, el precio era de 62.000 COP desde Popayán, el guía encargado ofrecería hospedaje a los que vinieran de lugares fuera de Popayán.
El sábado en horas de la tarde fui hasta Popayán en la moto, el viaje es de alrededor de dos horas y media, el guía fue muy amable y aparte de darme hospedaje gratuito como había mencionado me dio un pequeño tour por esta maravillosa ciudad, que por cierto a mí parecer una de las más bonitas que conozco, el clima en la noche es fresco, alrededor de 15 grados, el centro histórico es muy activo en la noche, se ve gente por toda parte, caminamos un momento por el parque donde se encuentra la torre del reloj, pasamos por museos que a esa hora se encontraban cerrados, estuimos en el puente del humilladero, por todos estos lugares siempre se vio todo muy tranquilo y había mucho policía.
Parque donde se encuentra la torre del reloj.
Puente del humilladero.
Después de pasar un rato por el centro fuimos al morro de tulcán es otro lugar muy bonito de donde se puede ver la ciudad, lo que no me gustó de este lugar es que es completamente oscuro, y debes tener cuidado por donde caminas, el lugar es seguro y hay varios policías vigilando el área.
Después de estar un momento allí bajamos al pueblito patojo un lugar único de Popayán, allí se encuentra en escala más pequeña los lugares más emblemáticos de Popayán, como el puente del humilladero, la torre del lejos entre otros, hay restaurantes y lugares para tomar algo, acompañado del frío de la noche lo hace un lugar ideal para tomar algo con la pareja o un amigo, este lugar se encuentra justo al lado del morro de tulcán.
Popayán desde el morro de tulcán.
Después de todo esto regresamos a casa, había que dormir bien para estar preparado al viaje del siguiente día, alrededor de las 5:00 el bus estaba saliendo con todas las personas, el viaje fue un poco largo, ninguna novedad hasta al rededor de 7:00 cuando llegamos a un pueblito cuyo nombre no recuerdo en este momento, se sentía bastante frío mi error fue no estar preparado más que con una chaqueta, nada de guantes ni pasa montañas en este momento aún faltaba para el volcán y supe que iba a ser un problema mi protección.
El viaje continúo por la montaña y de repente a los alrededores empezaron a aparecer los paisajes imponentes, con múltiples lagunas y naturaleza verde y gris. El bus se detuvo en una planicie, desde allí el ascenso sería caminando, según las personas que protegen la montaña en ese momento la temperatura estaba alrededor de cinco grados, a pesar de que se sentía frío lo que más intimidaba era el fuerte viento.
El día no podía estar mejor cielo totalmente despegado, a los alrededores solo se veía lagunas y una naturaleza casi gris, al otro lado a muchos kilometros de distancia se lograba ver el nevado del Huila.
Empezamos el ascenso, hay carretera hasta cierta parte luego camino, es relativamente fácil pero es un viaje largo, empecé a sentir el frío cada vez más, no sentía la nariz y mis manos se estaban congelando.
Ya que habían varios guías las personas se empezaron a dividir por grupos, los que tienen más resistencia salían primero y al final señoras y niños.
Para este momento el cansancio era visible, el paisaje había cambiado totalmente, ya no habían lagunas ni vegetación, solo un desierto rocoso, cuando se pensaba que faltaba poco nos encontrábamos con más rocas, y muy arriba se veía el humo que surgía del volcán.
Después de un par de horas caminando llegamos al momento en que pensé era la cima de la montaña, para encontrarme con el trayecto final y el más duro.
Ahora no recuerdo cuánto tiempo tardé en subir ese tramo pero seguro fue casi una hora me encontraba casi al límite, aparte estaba sintiendo los efectos del mal de altura, avanzaba varios metros y luego tenía que parar a descansar pero ya regresar no era una opción.
Tramo final, ahí arriba se encontraba el cráter del volcán purace.
Llegar a la cima fue para mí una gran hazaña, el viento era mucho más fuerte, temblaba de frío y me acompañaba un terrible dolor de cabeza, pero aparte de todo esto me encontraba feliz y maravillado, era mi primera vez en un páramo y la primera vez que lograba ver un cráter, al igual que la mayoría de personas estuvimos un momento allí y luego regresamos, en caso de que no hubiese tenido suficiente con el ascenso y el frío se podrían tardar más tiempo allí dando la vuelta al cráter.
El almuerzo fue en un restaurante que había de regreso, fue muy tarde para este momento tenía mucha hambre y aún el dolor de cabeza, no hubo que pagar pues ya se encontraba incluido en el paquete, el almuerzo fue bueno y cayó muy bien, continuamos con nuestro regreso hasta llegar a Popayán en horas de la noche.
Debo decir que hasta ahora este lugar es de los más increibles que he visitado, a pesar de no haber ido bien preparado fui muy afortunado que el clima hubiese sido ideal pues en los días anteriores estuvo muy nublado y lluvioso.
Quedé muy emocionado con el viaje y espero pronto subir a otro páramo, se me ocurre el nevado del Ruiz.
0 comentarios:
Publicar un comentario